Fui trovador, me llamaban Francisco, Cantaba alegre en las noches de Asís, Más ya no quiero cantar a Rolando, Ni las proezas del gran Amadis. Fui descubriendo un camino distinto, Sentí en mi alma un vacío total, No quiero amores que pasan y mueren, Hoy solo canto a mi rey inmortal. Yo quiero ser Evangelio viviente, Abandonarme en tus brazos señor. Ser como un niño que juega o se duerme, Mientras su padre le envuelve en amor. Yo quiero ser Evangelio viviente, Abandonarme en tus brazos señor. Ser como un niño que juega o se duerme, Mientras su padre le envuelve en amor. Vestía trajes lujosos de seda, Y al cinto un precioso puñal, Hoy mis señores son esos leprosos, Y mi vestido este pobre sayal. Cambie tesoros por dama probreza, Placer, honores por la santidad, Y soy feliz como nunca lo he sido, Dios es mi gozo, mi felicidad. Yo quiero ser Evangelio viviente, Abandonarme en tus brazos señor. Ser como un niño que juega o se duerme, Mientras su padre le envuelve en amor. Yo quiero ser Evangelio viviente, Abandonarme en tus brazos señor. Ser como un niño que juega o se duerme, Mientras su padre le envuelve en amor. Ser como un niño que juega o se duerme, Mientras su padre le envuelve en amor.