Se cayó nuestro amor de cristal del fondo del ropero Y un instinto se hizo grande y después nos devoro El monstruo de los celos y el rencor Y la mañana llego como ceniza de una noche de fuego Y el humo que envolvía la alcoba Nos hizo confundir el camino Y el tiempo que pasaba cada instante devorando lo poco que quedaba en común Envolviendo con perfume de tristeza la dulce aspereza de la juventud Buscando un rincón o un respiro Aprendimos a jugar a no querernos A querer no jugarnos Y en cada uno de los besos Ni siquiera un palmo de terreno Y brotaron los barrotes de esta cárcel de los tiestos del balcón Y tu amor una cadena y cada hora contigo un eslabón Y lo tuyo fue más tuyo y lo mío fue más mío y lo nuestro de ninguno de los dos Y yo tu carcelero y tú me verdugo Los dos del delito del amor Buscando un rincón o un respiro Y lo tuyo fue más tuyo y lo mío fue más mío y lo nuestro de ninguno de los dos Y yo tu carcelero y tú me verdugo Los dos del delito del amor