El tiempo se esconde El cielo cambia de color Se abre una grieta a nuestros pies Prohibido decir adiós El silencio se rompe A las ocho tocan a ovación El camino empieza, pero no se ve el final Nos ciega el eclipse de sol Comienza la lluvia y yo me asomo al mirador Calles inundadas de dolor Ya llegan las nubes y hace un frío aterrador No hay canción en el mirador No hay canción para ningún dios Versos de viejas canciones Resucitan un viejo valor Todo comienza con un giro de guion Y pierden la inercia los pies Y el tiempo adelanta Guerrillas en los balcones Sin sonrisas no hay munición Hay quien se aferra a los dientes del dragón Y afuera hoy ha vuelto a llover Y abril se despide sin besos Se aleja la lluvia y yo me asomo al mirador Calles inundadas de dolor Ya se van las nubes, pero el frío se quedó Hay ganas de caminar Recorrer tierras sin conquistar Inventar mapas de campos de azahar Se aleja la lluvia y yo me asomo al mirador Calles inundadas de dolor Ya se van las nubes, pero el frío se quedó No hay canción en el mirador No hay canción para ningún dios No hay canción y el mundo se estremece, enmudece ¡Cómo duele el sinsonido de las notas aplazadas Y los cantos sin destino! Y pierde el tiempo el tiempo en un segundo que es eterno Pierde la memoria de lo que, siendo, jamás será Pues es perdido tiempo No hay canción y sin canción estoy perdido Sin un rumbo que seguir el alma encalla En los charcos del camino Pero ya no llueve, y vuelve la pasión por contar lo vivido Una luz que cicatriza en el alma del herido Un susurro de esperanza, un acorde decidido El tiempo nace y, al nacer, nació ya renacido Conjugando todos los verbos Sin perderse en un presente que carece de sentido No hay canción para los dioses, aunque ofenda al ofendido Pues el canto es sanador y los dioses... siempre vengativos Ya es momento de volar, salir, correr, buscar, andar, tocar, coger Saltar de ese segundo incierto Calculado para no ser otra cosa más que eterno Es momento de reencuentro De aplaudir agradecidos De volver a honrar al tiempo Y cantarle a los caídos