He perdido la cuenta de las puñaladas Que habré clavado a los que no han aprendido a callar. He torturado a mentes frágiles y torpes para quitarles todas sus ilusiones. Soy un engendro que no atiende a razones, soy capaz hasta de quemar todo el pajar para encontrar la aguja que metieron dentro, pensando que ya no había vuelta atrás. Y el que se enfrente a mí tendrá que verse siempre contra un muro de piedra. No estoy solo y aquí permanezco, como los peces, en un mar sin tierra. Fui silenciado durante largas noches, pero mi lengua no pudieron cortar, y ahora soy yo quien lleva la palabra... No dejaré ni un solo cabo suelto, es el momento de sacar la carnaza a pasear. Hay gente que no tendrá ni un solo momento, ni las fuerzas para reprochar. Y el que se enfrente a mí tendrá que verse siempre contra un muro de piedra. No estoy solo y aquí permanezco, como los peces, en un mar sin tierra. Y ahora vais a sufrir todos aquellos golpes que nos regalasteis. Que el mundo cambia al fin, y no tendréis poderes para esquivar el contrafolpe.