Sonaban los tambores Y en vez de música escuchaban colores Habían prendido fuego el aire Se habían prendido fuego Y recorrieron un camino largo y con mareo Y de esa forma entraron en el juego, lenguaje espiritual Y en el destino de aquél amor, raro y clandestino Empezaron a amar En los laberintos se encontraron Se difuminaban En los laberintos se espejaron No quedaba nada En los laberintos se encontraron Se difuminaban En los laberintos se espejaron No quedaba nada Habían prendido fuego el aire Se habían prendido fuego