Frío, congelado en las paredes de este piso, Escribiendo en los cristales que se empiezan a empañar Del frío que se cuela por debajo de la puerta, Me recuerda que una vez una sirena se llevó mi cuerpo al mar, No pensó en que no podría respirar, No pensó en que me podía ahogar. No aconsejo las pasiones que se vuelven posesiones. Todo un invierno esperando a que el verano se despierte Y nos vuelva a calentar. Pero ya no hay estaciones como no hay instrucciones para amar, Sólo usamos nuestra boca para hablar, Sólo usamos nuestra lengua para hablar, Ni siquiera nos podemos abrigar Del frío, se avecinan temporales de mutismo, Te equivocas al pensar que el erotismo va a acabar Con este frío que se cuela hasta los huesos y conserva. Me recuerda que una vez estuve cerca de perder la identidad Y corría en lugar de caminar, Tropezaba en lugar de esquivar, Me volví un forajido sólo por sentirme vivo. Todo un invierno esperando a que el verano se despierte Y nos vuelva a calentar. Pero ya no hay estaciones como no hay instrucciones para amar, Sólo usamos nuestra boca para hablar, Sólo usamos nuestra lengua para hablar Y este frío nos obliga a terminar.