Cuentan que murió Currillo Ya los chiquillos dejó una herencia Una cama mu vieja Cuatro sillas y una mesa Y una caena de oro Que siempre puesta llevó Pero al día siguiente Pa hacer el reparto Los tres gitanitos, mu callaitos Entraron al cuarto El más grande de todos se levantó Y borracho perdío así les habló: Niños, vamos al turrón veo menos que un muerto boca-abajo, oye. Pero no importa, aquí se va a vender to, niños. Niños, que aquí se va a vender to. Aquí se va a vender la mesa, las sillas, la cama To se va a vender menos la caena de oro, Que esa la suó pare y esa la quiero yo. Y los dos gitanillos Quearon callaos Sin haber comprendío Y muy mosqueaos Y hasta que el de en medio Se levanta y dice Que está de la herencia Y hasta las narices -Illo aquí se va a vender to, home. Aquí se va a vender la cama, la mesa, las sillas Y to se va a vender, oye Menos la caena de oro, Que esa la suó pare y esa la quiero yo, oye. Pero el gitanillo Pepe Que es tartamudo y es chico Se dio cuenta del camelo Se levantó y abrió el pico: -(gangoso): desde luego, desde luego, vamos, Es que estáis como una cabra, vamos. Porque aquí se va a vender to. Aquí se va a vender la mesa, Las sillas, la cama, amo que la caena de oro que tanto suó Pare también se va a vender. Y si vosotros queréis algo que pare haya sudao. Os lleváis los calcetines Que tuvo puestos el mes pasao.