Yo sé que es duro desafiar al corazón Cuando se ciega y se encapricha en un querer, Y que es en vano matar con reflexión Todo el sentir del hombre o la mujer. Yo me formé en la escuela del dolor Y ante la vida también supe reír, Una y mil veces fui herido por amor Una y mil veces también por ser feliz. Qué fácil es decir: ¡Déjala! Qué fácil es decir: que es mala, Pero es preciso saber Si es que ha sabido querer El que te grita: ¡Olvídala! Porque la eterna cuestión Es que el pobre corazón, La quiere buena, traidora, Mala, fiel o pecadora Aunque sea su perdición.