El mandarín Se descentró, Sus manos ya no son Aquellos subibajas No todo fue fortuna Ni la ropa de las luces, Son cuerpos apretados Hacia el cielo. Con un piolín Se suspendió, La vieja bailarina absurda De los circos Los árboles que caen Ya nada retrocede, Yo ya quiero tus manos, Tus manos del alma. Y el sonido de la madrugada se demoró Con el viento se cansó de amdar y andar... Y un vendaval trasmutará En la llovizna de esta era de uranio Y al despertar Seremos luz, Y caeremos como gotas de agua La vieja melodía trendrá su calor igual Y el ave siempre emigrará otra vez El cantautor desafinó Su beba cuando quedó sola Corrió un mueble Sus cartas se mojaban Se borraban pequeños azabaches de la música.