No quiero ver el Sol, sin tu presencia Me mata su esplendor sin tu alegría No quiero ver su luz, no anhelo ver Clarear el nuevo día No puedo ver el mar, ni su imponencia Me ahogo entre el disgusto y la tristeza Me hastía el respirar, Me hiere hasta el fulgor de las estrellas No deseo ni pensar que me haces falta Que la vida es gorrión que se me escapa Me parece imposible que te vayas Y te lleves prendida mi esperanza... El golpe del reloj en el silencio Testigo del dolor de tu partida Siguió hablando de ti... Esparciendo recuerdos por la casa... El sueño vendrá a mí, con su ternura Y beberé en su copa, mi cansancio Sediento esperare que borre con sus Alas tu recuerdo...