Entra en la ciudad Como quien entra en la muerte Es la deuda El precio de tenerte. He venido a gustar De las mieles de tu fracaso. He sido condenado a perdonar Tu pasado. Dos ojos con la luz Blanca de los faros del mar Me acechan en los entrepisos Los paraguas y el desván. Yo me salvo en los tejados. Soy tu primera presa Tu último enemigo. Si echo fuera el temor Si me aventuro y salgo De esta jaula va a ser peor Tu próximo zarpazo.