Con las sombras de la noche, Cuatro boteros de Iquique, Hicieron dos ataúdes Y un par de cruces de nìquel. La caracola del viento, Silbando entre las olas, Va repitiendo el lamento De la vieja bancarrona. De la corbeta de Prat, De la heroica capitana Que está anclada en el fondo Como gaviota sin alas. Con las tablas de sus lanchas, Martillando entre las sombras, Hicieron las cajas altas, Cuatro boteros patriotas. Y en esas maderas viejas, Carcomidas por el mar, Recalaron en la tierra Restos de Serrano y Prat. Cuando en las noches de pesca Zurcan sobre la Esmeralda, Los boteros se persignan Ante esa tumba sagrada.