Señor cuando tu pasas, muy veloz en la tormenta Se queda estremecido mi pobre corazón Mas cuando has pasado, mi vida ya se aquieta Y surge una esperanza y nace un nuevo amor. Tu estas en todas partes, sentimos tu presencia Te mueves en las olas, de embravecido mar Eres la vida misma, del existir la escencia Tu aliento es suave brisa Que yo he de respirar No tengo que ofrecerte, pues soy tan pequeñito Y nada puedo darte, que sea de valor Por eso solo vengo, ante tus pies rendido Dejando antes tus plantas, mi humilde corazón.