Rezando por encontrar alguien que me quiera,
Siempre con la soga al cuello y el corazón en primera;
Me hiciste polvo y ahora no confío en cualquiera,
No confío ni en mi persona, así que dime que te esperas.
Y óyeme fiera, lo resuelvo a mi manera,
Por ti ya no me parto la cara, ni entro en más problemas;
No iba a bajarte el cielo con dos mil monedas,
Pero por salvarte a ti, yo me hubiese rajao' las venas.
Y ahora que tienes, dime que es lo que te queda,
Yo disfruto de mi soledad aunque adore a mis colegas;
No sabes como me cura cantar mis penas,
Ni sabes como te echo de menos cada vez que nieva.
Parece que ahora todo se ha puesto en mi contra,
Llevo las alas partidas y mi vuelo no remonta;
Voy a escaparme a donde nadie me conozca,
Donde no me miren raro, ni me hagan el daño aposta.
Loca a veces te pienso tanto, que así me estreso,
Pero tú tan bonita, y yo tan falto de tus besos;
Tú solo ves a un chulo, y yo no soy na' de eso,
Solo un niño que busca cariño y lo arreglen por dentro.
Que ya son treinta años haciendo el idiota,
No cuidé de pibas, que me daban vida, y volví locas;
Ya me cansé de ver, que lo que toco explota,
Y de mirarte tan de cerca, y no saber morder tu boca.
Estoy tan cerca de ti que no te das cuenta,
Convertí el dolor en algo bonito, y eso me renta;
Te sigo haciendo canciones, aunque estés contenta,
Aunque tú estás llorando por otro, y es lo que me revienta.
Lánzame un beso, que le mando yo el flechazo a Cupido,
Tira una moneda al aire si ves que te miro;
Si sale cruz me marcho por donde he venido,
Pero si sale cara me adueño de tus latidos.
A veces me acuerdo de ti cuando el Sol quema,
Y dibujo en el desierto a lápiz tu melena;
A veces te acuerdas de mi cuando en ti nieva,
Porque el calor que te daba no lo encuentras en cualquiera.
Te hago castillos de arena en mitad del río,
Y me haces cosquillas que suenan a temas míos;
Ya ni tus dioses me avisan, si vienes tarde y deprisa,
Pero al ver tu sonrisa, ya no siento frío.
Las mariposas que sentíamos al principio,
Hoy se suicidan tirándose al precipicio;
A veces vuelvo por placer y no por vicio,
Y placer es darte besos cuando me sacas de quicio.
Que tú mi niña guapa, pero rota en partes,
Y yo tu niño chico, loco por besarte;
Me vieron a escondidas escribiendo arte,
Pensaba en ti, y en tu manera de hablar al mirarte.
Y estoy batiéndome en duelo con la distancia,
Pero a mi amor por ti le pudo la paciencia;
Mi corazón pide a gritos una ambulancia,
Cansado de llorarte a perdido toda su esencia.
Y a veces lloro a gritos cuando te recuerdo,
Y es que al besar a otras, de ti yo me acuerdo;
Se puso negro el cielo y divisé a los cuervos,
Y al fin pude entender que en la vida, nada es eterno.
Y a veces lloro a gritos cuando te recuerdo,
Y es que al besar a otras, de ti yo me acuerdo;
Se puso negro el cielo y divisé a los cuervos,
Y al fin pude entender que en la vida, nada es eterno.
Y estoy batiéndome en duelo con la distancia,
Pero a mi amor por ti le pudo la paciencia;
Mi corazón pide a gritos una ambulancia,
Cansado de llorarte a perdido toda su esencia.
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