Solo veo tu mirada entre toda esa gente,
Y ya no siento que sea esclava, de las taras de mi mente;
Yo que volaba con miedo y sin parapente,
Y ahora me duermo en tu almohada, acariciándote la frente.
No tengo pánico, ni agobio en el presente,
Porque no miro al mundo con odio, al odio le hice frente;
Ahora soy novio del amor que escondí siempre,
Y me desvelo en el insomnio, al despertar sobre tu vientre.
Y es tan bonito el calor que me da el oyente,
Que pienso que el infinito es el color más transparente;
Hoy curo almas, aunque sea por accidente,
Porque la calma que siento aquí adentro es más que evidente.
Siento el alivio de un chaval adolescente,
Al encontrar el equilibrio en un alma que estaba ausente;
Ya no hay delirios, supe ser un buen paciente,
Porque un amor que era tibio, pasó a ser resplandeciente.
Es tan precioso y preciso esto que yo siento,
Que ese miedo al compromiso se ha esfumado por momentos;
Decías que nadie te quiso desde hacía un tiempo,
Y hoy yo te pido permiso para así endulzar tu cuento.
Cuento los segundos para poder verte,
Y hablo desde lo profundo del mundo que hay en mi mente;
Te dije un sí rotundo a lo de estar pa' siempre,
Tú y yo, dama y vagabundo, nadando a contracorriente.
Veo tus latidos plasmados en pentagramas,
Donde la clave de Sol, es Luna que duerme en tu cama;
¿Ves el sonido que emiten nuestras miradas?,
Solo es la pequeña muestra, de lo que mi ser te ama.
Me dijo, 'quédate conmigo', y sin pensarlo,
Le entregué mi corazón, sabiendo que ella iba a cuidarlo;
Le dije, 'quédate a mi lado', y sin embargo,
Me entregó sus siete vidas, sin ni siquiera dudarlo.
Ella es la suerte, que faltaba en mi camino,
Y ahora nos siento mucho más fuerte, de lo que un día fuimos;
Que ni la muerte, podrá cambiar el destino,
Ya que mis ganas por verte, es el motor de seguir vivo.
Ya no le temo a nada, tampoco al futuro,
Si cada mañana, tengo tus labios de desayuno;
Voy a comerte la cara, y morderte el culo,
Y cenar tu cuerpo con besos, sin que se olvide ninguno.
Hey, tampoco al futuro,
Si cada mañana, tengo tus labios de desayuno;
Voy a comerte la cara, y morderte el culo,
Y cenar tu cuerpo con besos, sin que se olvide ninguno.
Hey, sin que se olvide ninguno,
Hey, sin que se olvide ninguno;
Hey, sin que se olvide ninguno,
Voy a comerte la cara, y morderte el culo.
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