Yo solo quiero que sea fácil. Que no duela. Intento no entrar en la conversación Que hace unas horas seguía teniendo anclada. Ya por puro masoquismo. Releo cada mensaje: qué pude hacer, mal o bien. O incluso qué no hice. Releo tus palabras. Tus "te echo de menos". Tus "tengo ganas de estar contigo otra vez". Tus "joder, con los esquemas". Y lo siento, perdóname, pero, es que no lo entiendo. Que sigo sin entender cómo nos hemos convertido en esto. Cómo hemos pasado de ser conocidos a desconocidos En tan solo un prefijo. Cómo voy a poder volver a creer en unos ojos... Que según tú, no me mentían. Pero que hicieron la realidad bastante más distinta. Cómo voy a suturar esta herida Si cada vez que pretendo cerrarla se abre pronunciando tu nombre. Podría mentir y decir que no llevo tiempo buscando Tu colonia en la gente. O tus ojos. O esas malditas pestañas que al cruzarse entre ellas Podrían hacerle competencia a un huracán. Podría mentir y decirte que no te busco entre las miles de personas Que se parecen a ti. O no tanto. Pero que quiero que sean tú. Podría mentir y no decirte que desde que no estás aquí No quiero que esté nadie más. Podría mentirte y decirte que ya hay alguien más Ocupando tu sitio en mi cama. Que me olvides. Que yo ya no te recuerdo. Podría hacer como aquella vez Que en silencio te dije que no me soltaras Por miedo a decirlo en voz alta y que te fueras. O podría decirte la verdad, Decirte que si te sigo escribiendo Es para que tengas la excusa de volver. A leerme, al menos. Que odio escribirte porque eso significa que me dueles. O que te siento. O qué sé yo, pero que hay algo. Y podrías creerme tantas veces. Pero qué más da. Si total, ni tú me vas a escribir Ni yo te voy a dejar de buscar.