Esta guerra tuya y mía se llevó la nata y nos dejó Un yo que sé sin alivio y amargante Y volver sobre los pasos las cuatro en casa y sin dados Casa que te rasga y rompe Y yo de vuelta a la mía Que brilló y que ya no brilla No como esa luz divina de las sábanas de Londres Y las almohadas y embozos del María Cristina Del María Cristina Nada más definitivo que algo temporal Y lo cierto es que me cuesta distinguir a la verdad Que duele, de la verdad, que conviene y que no duele Pero ni sabe ni huele, por más que sea verdad Yo me quedo Con saltar sobre los charcos nubes rotas en el suelo Y del luto más ateo vestiré letra por letra lo que tenga que decir Cuando la vida me raja, vuelve el altar a la estampa No tengo fe pero creo, que esta guerra tuya y mía Esta guerra acaba aquí Esto se quedó tan seco Que nunca me basta un vaso Y me acuerdo de mis muertos Y la leche que me dieron Por acordarme de ti Nunca fui de engalanarme, de paciencia y como un muerto Esperar que la tormenta se canse de ser tormenta Yo me quedo Yo me quedo Con saltar sobre los charcos nubes rotas en el suelo Y del luto más ateo vestiré letra por letra lo que tenga que decir Cuando la vida me raja, vuelve el altar a la estampa No tengo fe pero creo, que esta guerra tuya y mía Esta guerra acaba aquí Y esa soga hecha a medida que te regalé en Gran Vía Con una larga caída y que no viste venir Atará un hato de besos, con mi nombre en todos ellos Los que envueltos en veneno te envenenaron a ti