Hubo una vez, Un tiempo aquel, En que las plagas, Cruzaron fronteras, Con su manto De immunda cristiandad, Intentaron mi raiz mutilar! Hubo una vez, Un tiempo aquel, Donde el guerrero Se alzaba sin miedo, Armas en mano E infame honor, Empalando al invasor! Desde aquel tiempo, De aquella vez, Mi sangre arde Y manos no tiemblan mas, La muerte, el diablo Y mi propia voluntad, Me hacen sentir Tu sangre derramar! Hubo una vez, Un tiempo aquel, Donde al intruso Se le ejecutaba, Sin piedad, Sin mas que hablar, Empalando al invasor!