Pena, pena de mi calma, vienes Por demostrar que sostienes Entremedias de mis sienes Tu carcoma en mi moral. Para verme resbalar de lleno Me arrastras a tu terreno, En tu nombre he sido bueno Y por tu nombre he estado mal. ¿Dónde duerme esa paz quieta Tan de sí misma repleta, Tan de infancia y de jugar? En alguna voltereta Se desgarró la chaqueta Y se puso a tiritar. Vuelves cuando no me duele nada, Te restriegas empapada Sabiendo que eres el hada De mis miradas atrás, Cubres con tus muslos mis orejas, Tu gemido sabe a rejas, Si hay alguna moraleja Es entender que volverás. Llamo a donde la paz quieta: He traído mi cometa, ¿Puede salir a jugar? Lárgate con tu rabieta, Tiraste de su coleta Y aún se la oye sollozar. A veces duermo tumbado en el suelo Para intentar hacerme creer Que el frío que tengo anclado en el cuerpo Es sólo el que me entra por la piel. ¿Dónde duerme esa paz quieta Tan de sí misma repleta, Tan de infancia y de jugar? En alguna voltereta Se desgarró la chaqueta Y se puso a tiritar. Llamo a donde la paz quieta: He traído mi cometa, ¿Puede salir a jugar? Lárgate con tu rabieta, Tiraste de su coleta Y aún se la oye sollozar. Brasa, no calientas pero quemas, Te revuelves y blasfemas Y alimentas mis eccemas, Que ya no intentan sanar. Pena, pena de mi calma, vente, Que aún no tengo suficiente, Que es tu ardor omnipresente El que me ayuda a recordar.