Él era un hombre muy rico y de penurias no sabía De los seres que sufrían se burlada del dolor Por los seres desvalidos, su soberbia no escondía Desatando todo el peso de su cruel humillación Era grande en su riqueza y a los templos profanaba De poderes se ufanaba, ciego estaba en su ilusión Se ensañaba en los humildes como lobo en mansa oveja Ignoraba que el destino le quitara su ambición Quien por hambre le pedía, con orgullo pisoteaba Imponente y desairoso, se reía del infeliz Arrojaba a la basura el manjar que le sobraba No dejaba que el hambriento recogiera su botín ♪ Hoy ya no es el que he contado con alardes de grandeza El poder de aquel dinero ya, en su vida, claudicó Hoy implora una limosna en el portal de una iglesia Porque no tuvo clemencia, de ella espera algún favor Un mendigo de experiencia, aquel rico aconsejaba Tú que lo has tenido todo a que vienes a implorar En esta sagrada iglesia la que tanto has profanado Anda y pídele a los tuyos que con creces te darán Quien por hambre le pedía con orgullo pisoteaba Imponente y desairoso se reía del infeliz Arrojaba a la basura el manjar que le sobraba No dejaba que el hambriento recogiera su botín