Solamente una palabra, solamente una oración, Cuando llegue a tu presencia, oh Señor, No me importa en qué lugar de la mesa me hagas sentar O el color de mi corona, si la llego a ganar. Solamente una palabra, si es que aún me queda voz, Y si logro articularla en tu presencia... No te quiero hacer preguntas, sólo una petición, Y si puede ser a solas, mucho mejor. Sólo déjame mirarte cara a cara Y perderme como un niño en tu mirada Y que pase mucho tiempo, y que nadie diga nada Porque estoy viendo al Maestro cara a cara. Que se ahogue mi recuerdo en tu mirada, Quiero amarte en el silencio y sin palabras, Y que pase mucho tiempo y que nadie diga nada, Sólo déjame mirarte cara a cara... Solamente una palabra, solamente una oración, Cuando llegue a tu presencia, oh Señor, No me importa en qué lugar de la mesa me hagas sentar O el color de mi corona, si la llego a ganar. Sólo déjame mirarte cara a cara, Aunque caiga derretido en tu mirada. Derrotado y desde el suelo, tembloroso y sin aliento, Aún te seguiré mirando, mi Maestro. Cuando caiga ante tus plantas de rodillas, Déjame llorar pegado a tus heridas. Y que pase mucho tiempo y que nadie me lo impida, Que he esperado este momento Toda mi vida...