Paquette
Era yo una joven tan hermosa,
Era tan alegre... ¡tan feliz!
Para mí el sol era una rosa,
Hasta que a él le conocí.
Era un señor de gran alcurnia
Y por sus encantos me perdí.
Me quitó el sol, quebró mi rosa,
Nunca más fui joven ni feliz.
Como "La Paquette" me conocieron,
Una prostituta de París,
Por migajas tenían mi cuerpo
Y por él de nuevo renací.
¡De este cuerpo me nació una rosa,
Mi pequeña Inés, mi flor de lis!
Gracias a ella de nuevo fui hermosa,
Fui de nuevo alegre y tan feliz.
La crié como si fuera reina
Y en sus caricias me hundí.
Le hice ropa suave y vaporosa,
Zapatitos de oro y carmesí.
Nunca existió alguien tan precioso,
Una flor que al fin brotó de mí,
Me purificó y me dio tal gozo
Que aprendí otra vez a sonreír.
Mendigo
¡Que maten a la bruja!
Truhan
Pueblo de París, atención:
"En un descuido de la desgraciada Paquette,
Una gitana le robó a su niña
Olvidando "uno" de sus zapatitos
Y dejando en su lugar a un espantoso niño,
Fruto sin duda de la brujería".
Pueblo
Pobre La Paquette se volvió loca,
Alguien lo robó su flor de lis,
Y en verdad que cosa mas monstruosa
Lo que en su lugar quedó allí.
Fueron los gitanos, no hubo duda
Y contra el niño el pueblo se volvió.
Le salvó a éste un hombre taciturno
Quien al desgraciado recogió,
Le crió en un alto campanario,
Fue su amo y él le fue servil.
Las campanas repican su nombre,
Todos saben que él se llama así:
¡El Jorobado de París!
¡El Jorobado de París!
¡El Jorobado de París!