Nací a mediados de los ochenta,
Mis padres cabalgaban el caballo, ¿te das cuenta?
Algo falló, no sé si la renta,
Por eso ahora mismo no importan las ventas.
Mi abuela no supo lo que es estar contenta,
Por eso rezaba mientras me contemplaba;
Para mí el amor era un privilegio
Porque nadie venía a buscarme al colegio, necio.
Con doce escupí mi primera rima,
Con trece escupí semen a mi primera piba,
Con dieciséis, así es la vida, mira,
Me hicieron la prueba del sida y dio negativa.
Me dijeron que el tiempo corre,
Que no podría correr como él porque mi familia fue pobre,
Pero yo volé rápido y me hice un hombre.
No importan los rumores,
Sólo te conoce el que te conoce.
Desprecio al resto porque ya no hay respeto
Y ahora destrozo sus textos
Dejando sólo el esqueleto.
Un secreto a voces ya no es un secreto,
No podrás con todos, pero sí con al que cojas en seco.
Pasado un tiempo dejamos de ser críos,
Pagábamos el alquiler moviendo kilos.
Hilos de marioneta en las agujas del reloj,
No te creas un gánster, no eres Julián Muñoz.
Doce, ochenta y cuatro, nací como un hijo de Caín,
Madrid capital, desde mi raíz una crónica feliz.
Cambio de tónica, la realidad simbólica se hico cicatriz
De Kael. Jugabas en la calle entre casas de papel,
El humano es un robot, siempre repartiste en el tapiz
Su tarot como un croupier.
Mi brindis a la infancia con leche y miel.
No éramos nombres, éramos apodos,
Generación perdida, no nos quisieron como somos.
Apuntando al cosmos a solas,
A falta de estrellas yo conté farolas.
Las horas se evaporan en el cobertizo
Junto a mis amigos y un hermano mellizo.
Cuando papá se fue empecé a ser adulto,
Cuando la abuela murió comprendí pronto el luto;
No hay nada absoluto en cada minuto.
Aprobé la vida suspendiendo el instituto,
Tornado pasional en tu mundo diminuto,
A los más grandes guardo culto.
Mi conjuro la dibujo como un brujo,
Elegí el camino oscuro contracorriente contra el muro.
Lo único seguro lo conozco del futuro,
Moriré siempre prefiriendo lo más puro.