Ella pasea sus suaves yemas sobre el torso Ella conoce la debilidad del tigre Y sabe que si hay sexo sobre sabanas de lino persa Y lo complace en todo, dormirá tan apacible Entonces lanza la primera puñalada Golpe precordial y el hombre salta de la cama Sangre derramada, falta de aire y sudor frío Son sus palabras, traen desgracia, son un tiro Noqueados al instante Sus pechos pequeños y caderas anchas cruzan En la vida los inocentes siempre pierden, dice Recuerda sangre donde ahora ves cicatrices Donde unos maldicen, ella es cómplice, vive en el vértice Hace años sus efectos no son labiles Hombres son piezas de ajedrez Protegiendo a la reina Corre si puedes, no sabe lo que alberga Si llueve, no sale y te invita Pero sino en la calle te marchita, te debilita Te quita las ganas de tragar, de respirar Flaca querida no apuñales al que hoy te recita En el templo, pecadores y malditas Tu en la calle como quien un vaso agita Mueves la varita y quien te ve te invita Crucificas inocentes y de temas banales platican Algo lo mortifican, cielos estrellados Caras bonitas esconden feos pasados No te lo han contado y probablemente nunca lo haga Sería clavarse ella misma la daga (Sí, ah) No la apuñales, va pidiendo que la salves En una mano empuña el sable Con la otra te saluda La descendencia de Judas No la apuñales, va pidiendo que la salves En una mano empuña el sable Con la otra te saluda La descendencia de Judas