Yo soy la perra de tu ciego y tengo hambre Y cabreo suficiente para repartir por kilos Soy la zorra que devora con astucia cada parte Del pastel que considero injustamente repartido Soy la viuda del cabrón de mi marido La puta empoderada que coge la metralleta Harta de cadenas se desata de su nudo Con un tiro en la nuca para aquel que se lo aprieta Que el machismo mata mucho más que ETA Y cada bestia con su treta va buscando a qué arrimarse Con un sucio interés, una estrategia que me irrita Por eso soy la gran hija maldita de mi madre Soy todas y ninguna en cualquier parte Soy cada trozo de este corazón hecho pedazos Soy la rabia de mis hermanas de sangre Defendiéndose del mal con estas piernas y estos brazos Soy la que nunca visteis más allá La que estaba por llegar mientras mirabais a otro lado Soy la voz que pone en duda tu verdad Soy una bala más en la boca del patriarcado Soy la presa insurrecta, irreductible Encerrada por creer en un mejor mundo posible Blindan sus ideas pero algo se les escapa Que su lucha es más férrea que la reja que la atrapa Soy el puño en alto de todas las compañeras Que han sido silenciadas dentro de la propia lucha Por esos que te dicen mientras alzan su bandera "Mujer, si no luchas, nadie te escucha" Soy la que no atiende ni a peros ni a detalles Porque he vivido el miedo de andar sola por la calle Soy la que rompe los silencios del amigo Porque son peor castigo que el grito del enemigo Soy la exagerada, la que nunca consideras A quien tomas por inútil y planea tu sentencia Soy la castigada de por vida, culpable Mala madre, que no quiere traer hijas a este fraude Soy, la misma Eva reencarnada La que muerde la manzana y no piensa dejar nada Soy la que no quiere estar libre de pecado Y que rechaza un cielo que la obliga a estar callada Soy cada cuerpo despojado de derechos Cada útero que quiso y no pudo decidir Aquellos que los usan para su propio provecho Son los mismos que deciden pero no van a parir Soy la que toma las riendas de su vida Y soporta las pedradas de una sociedad maldita Tan maldita como aquella que se cuestionó este orden Y acabó enterrada dejando su vida escrita Yo soy la que empuñó el cuchillo Cuando bajo gritos golpeaste para someter La que ante la duda prefirió ser viuda Y clavó profundo para no volverte a ver, eh Para no volverte a ver, eh Para no volverte a ver, eh Para no volverte a ver Y clavó profundo para no volverte a ver