Y su viaje emprendió, a su enemigo enfrento Para descubrir que no era tal, ni él un Dios. Y así descubrió, la oculta maldad; Y así acepto, lo que pudo comprobar: ¡la verdad! Sucediendo dentro de mi alma miles de preguntas sin contestación. Sin dudar yo creí todo lo que me inculcaste, y sin objeción. Invadiendo la verdad como un veneno va creciendo una maldición. Desgarro el corazón arranca de mi alma nueva toda la razón. Es la verdad, sin piedad Que golpea en lo que se transformándome. Es la verdad, tu verdad, Que ahora ve aquello que no podía ver. Vi, ya libre, sin el velo con el que vos me cegaste: mundos descubrí. Odio hay, mírame sufriendo tus maquinaciones, pero me alzare. Es la verdad, sin piedad Que golpea en lo que se transformándome. Es la verdad, tu verdad, Que ahora ve aquello que no podía ver. Y veras, viviendo en el engaño, Mi visión de algo más allá de ti. Sufriste, lo viste en tu final. (Solo: Pablo Gamarra) Es la verdad, sin piedad Que golpea en lo que se transformándome. Es la verdad, tu verdad, Que ahora ve aquello que no podía ver