En un barrio que es edén De jugadores, se entiende, Donde la luz que se prende Es a puro kerosén, Han abierto un almacén Que lleva el nombre de "El Cuco", De tarde se juega al truco De noche, al monte con puerta, Y si alguno grita: ¡Meta! Le encajan el mameluco. Allí, hay borrachos de sueño Borrachos porque han bebido, Borrachos porque han perdido Y hasta borracho es el dueño. Un agente madrileño Que está de "esparo" en la esquina, Todas las noches empina Su medio litro'e "trapiche", Y permite en el boliche La jugada clandestina. Con la nariz colorada Por el soberbio peludo, Lanza un tano, un estornudo Como una bomba granada. La terrible salpicada Voltea un vaso de vino, Mientras que el tano cochino Que se halla tan mamadazo, Intenta limpiarse el "naso" Y limpia la del vecino. Se armó la bronca completa Y por no pasar por giles, Apagaron los candiles La barra de la limeta. Anduvieron meta y meta Sacaron bufo y filosa, Total, no pasó gran cosa En cana llevaron ocho, Al hospital treinta y ocho Y siete otarios al pozo. Todo es calma alrededor Almacén sin pasador Se espiran los jugadores, Y sin luz al interior. De pronto de un corredor Sale un hombre de repente, ¿Saben quién era?, el agente Que más mamao que un aljibe, Le pega un: ¡Alto, quién vive!... A un buzón que estaba enfrente.