Quién pudiera tener un patio Con durazneros Dos paraísos y un viejo ceibo Pintando el aire de rojo intenso En las mañanas de tiempo quieto Quién pudiera en ese patio Bajo los guiños de las estrellas Pasar las horas pensando en ella Pensando en ella ¿Quién pudiera, quién...? Un pedacito de tierra Un pedacito de cielo Quién pudiera del brazo de ella Sembrar el patio Regar la tierra con agua fresca Y por las noches sembrar en su alma La ardiente luz de una vida nueva Quién pudiera saber su sangre Entre los brotes que dio la tierra Y en ese espejo mirar su huella Mirar su huella... ¿Quién pudiera, quién...? Un pedacito de tierra Un pedacito de cielo Quién pudiera en ese patio Verlos creciendo Después dudando y al fin partiendo Para volver una tarde mansa Buscando el rojo del viejo ceibo Quién pudiera mirar su vida Desde ese patio con durazneros Y al lado de ellos irse durmiendo Irse durmiendo Un pedacito de tierra Un pedacito de cielo Quién pudiera tener un patio Y en ese patio el mundo entero