Bienvenidos a la gloria relativa De los logros que no acaban, con lo indigno y el terror Bienvenidos a la paz escatimada A las risas alambradas en ciudades de algodón Bienvenidos a sentirse exonerados A emitir juicios abruptos sin saber dar opinión A elevarse por encima de los otros Y a pensar la vida entera desde el cosmos de un sillón Al reflejo bienvenidos De la suciedad que hicimos Bienvenidos a ufanarse de hombres probos Sólo por pagar impuestos o no haber ido a prisión A escudarse tras pantallas siderales Y desde el anonimato ser la sucursal de Dios Bienvenidos a ser buenos blasfemando A mirar para otro lado cuando es pobre el que te habló A desear que todo cambie para siempre Pero no comprometerse por cuidar la posición Al reflejo bienvenidos De la suciedad que hicimos Bienvenidos a vivir insatisfechos A aceptar que no hay derecho Ni vergüenza ni palabra