Se me hace zamba la noche, sin querer va trayendo tu nombre. No me hace falta decirlo, si te nombras sola y sin permiso. Será una coincidencia, será que te necesito. Me va llevando a momentos, que de tu mano se hicieron nuestros. Vuelvo a nuestra fortaleza, que dejamos sin darnos ni cuenta. Y hoy sin tener un motivo, vuelvo a esperarte en su puerta. Es cierto que la vida, su curso seguirá. Y como los recuerdos puedas quedar atrás. Se que al cantar esta zamba, en ella siempre estarás. Vaya si quedaron rastros, de este amor noble y tan necesario. No hay distancias ni caminos, que recorran todo lo vivido. Y aunque vuelvas en recuerdos, sé que estas aquí conmigo. La zamba se hace pañuelo, su don aire me arrima consuelo. Sabe bailar como nadie y dios quiera que nunca me falte. Mientras le doy mis palabras, ella devuelve tu imagen. Es cierto que la vida, su curso seguirá. Y como los recuerdos, puedas quedar atrás. Se que al cantar esta zamba en ella siempre estarás.