No soy yo, el que hace crecer tu alegria
Y ocupa en tu vida, un lugar especial.
No soy yo, el que te hace soñar con la luna y ver en la lluvia, gotas de cristal
No soy yo, ese a quien tu le dices mi dueño
Yo soy solo un perro, que tu haces saltar
Y buscas, cuando sientes ganas
De un hombre que te haga, sentir de verdad.
Dueño de ti, dueño de que, dueño de nada.
Un arlequin que hace temblar, tu piel sin alma.
Dueño del aire y del reflejo de la luna, sobre el agua.
Dueño de ti, dueño de que, dueño de nada.
Un arlequin que hace temblar, tu piel sin alma.
Dueño del aire y del reflejo de la luna, sobre el agua.
Dueño de nada, sí... dueño de nada.
Dueño de ti, dueño de qué, dueño de nada...
Dueño de ti, dueño de qué, dueño de nada...
Dueño del aire y del reflejo de la luna sobre el agua
Dueño de ti, dueño de qué, dueño de nada...
Yo soy solo un perro que tu haces saltar
Y buscas y sientes ganas
Dueño de ti, dueño de qué, dueño de nada...
No soy yo a quien le dices mi dueño mas sin embargo por quien llegas por acá
Dueño de ti, dueño de que, dueño de nada.
Sé que no me perteneces pero respondo las veces que tu me llamas
Dueño de ti, dueño de qué, dueño de nada...
Pero lo más que duele es que tu no me quieres y soy un capricho de tu piel sin alma
Dueño de ti, dueño de qué, dueño de nada...
Yo soy aquél el que te quiere de verdad y el que te ama solo a ti
Dueño de ti, dueño de qué, dueño de nada...
No tienes alma ni corazón no no
Tu vives equivocada
Dueño de ti, dueño de qué, dueño de nada...
Y después de tanto tiempo transcurrido
Dueño de ti para qué para nada