Era extraño aquel hombre, O por tal lo tomaron, Porque besaba todo Lo que hallaba a su paso. Besaba a las personas, Al perro, al mobiliario, Y mordía dulcemente La ventana de un cuarto. Cuando salía a la calle, Le iba besando al barrio Las esquinas, aceras, Portales y mercados. Y en las noches de cine (También las de teatro) Besaba su butaca Y las de sus costados. Besaba su butaca Y las de sus costados. Por estas y otras muchas Los cuerdos lo llevaron Donde nadie lo viera, Donde no recordarlo. Y cuentan que en su celda Besaba sus zapatos, Su catre, sus barrotes, Sus paredes de barro. Por estas y otras muchas Los cuerdos lo llevaron Donde nadie lo viera, Donde no recordarlo. Y cuentan que en su celda Besaba sus zapatos, Su catre, sus barrotes, Sus paredes de barro. Wo Oh oh! Wo Oh oh Oh! Wo Oh oh! Wo Oh oh Oh! Un día,sin aviso, Murió aquel hombre extraño Y muy naturalmente En tierra lo sembraron. Y En ese mismo instante, Desde el cielo, los pájaros Descubrieron que al mundo Le habían nacido labios Descubrieron que al mundo Le habían nacido labios. Oh Oh Oh Oh! Oh Oh Oh Oh! Oh Oh Oh Oh! Oh Oh Oh Oh!