En blancas huellas veré mover, cercana al mar tu bronceada piel. Te acercarás tapándote del sol, preguntando qué pasó ayer... Sonreirás y olvidarás, los detalles que salieron mal, La incertidumbre siempre fue lo que nos salvó. Pido licencia para matar a este ángel que decidió escapar, Hoy el cielo... Tendrá que esperar. No me conforma tu respuesta y voy Redoblando la apuesta y conseguir el ansiado sí. Qué mejor que tu cintura ponga un freno A mi locura y de una vez por todas frenar. Y cansados del berrinche nocturno nos atamos de pies y manos, Al placer de tener que ceder la mitad del colchón. Y amanece y vuelvo a cantar, sumergido en tu pecho respirando tu paz. Y anochece y vuelvo bailar. Preso de tus locuras, tu locura animal. Y enrojece cada tanto la ciudad... Y enrojece cada tanto la ciudad... Pero si amanece y vuelvo a cantar, Sumergido en tu pecho respirando tu paz. Y anochece y vuelvo bailar. Preso de tus locuras, tu locura animal. Y enrojece cada tanto la ciudad... Y enrojece cada tanto la ciudad...