Canto de amor y desesperanza Al río Papáloapan Este coloso doliente que con asombro contemplo Era no hace mucho tiempo de agua clara y transparente Era común y corriente que hasta el pescador más malo Dormido arriba de un palo con un anzuelo de a veinte Almorzará diariamente su buen caldo de robalo En sus verdosas riberas había loros por millares Toches, mapaches, jaguares, águilas de alas ligeras Avispas aguamieleras, gavilanes y tucanes Aves de rico plumaje y durmiendo entre el raizaje Cocodrilos y caimanes Yo vi pasar en las tardes miles de garzas montunas Miré posarse en las dunas pichichis y patos buzos Vi pasearse a los guaruzos contoneándose en la orilla Vi la serpiente amarilla, y vi la culebra de agua Y vi pasar la piragua con una flor en la quilla Bogando en el horizonte, vi el vuelo del zopilote Y miré al chichicuilote en las orillas del monte Oí cantar al cenzontle parado en un roble viejo Vi mirarse en el espejo del agua a un viejo venado Y vi el saltito asustado del perseguido conejo Vi pasear a las iguanas como pasean las muchachas Y escuché a las chachalacas temprano a las carcajadas Vi las bocas enrejadas del somnoliento lagarto Oí cantar en el parto a una sirena encantada Y vi la luna guardada en las bodegas de un barco Vi el flamazo anaranjado del vuelo del colibrí Lo vi, por Dios, que lo vi Yo vi a Dios enamorado de esta tierra prodigiosa Lo vi en una yegua briosa galopando la arboleda Lo vi besar las veredas del río de las mariposas Esto está muy bien Pero hoy Hoy, ¿qué? Hoy carroña descompuesta enturbia tu claridad Albañales de ciudad vomitan sus aguas muertas Los drenajes y compuertas de las grandes factorías Arrojan mil porquerías a tu vena agonizante Y tu torrente vibrante se seca al pasar los días La mirada indiferente de quien te debe la vida Es como sale en la herida en tu pecho de gigante Ni una voz que se levante, ninguna mano extendida Solo pus, insecticida Solo mugre y albañal Solo el tirano puñal de la ambición desmedida Y esas aves de rapiña que han saqueado tus entrañas Con gigantescas arañas que emponzoñan tus orillas Tus barcas verdes amarillas ya no las miro bogar Ni escucho el atarrayar de tus viejos pescadores Y los pájaros cantores tampoco quieren cantar Mis redes tengo colgadas como un gorrión disecado Mis chuzos se han oxidado, las nazas están guardadas En las noches estrelladas miro en silencio pa'l río Donde el viejo caserío tenía una torre en su iglesia Que se murió de tristeza de tanto ver para el río Por eso es que lloro al verte queriendo agrandar tu cauce Lloro a tu palma, a tu sauce, a tu corazón inerte A la rabia de tenerte muriéndote entre mis brazos Lloro a los tres machetazos del puente que te ha partido Y al sábalo malherido que muere dando aletazos Pero si al verte el quebranto llorando me tira al suelo Por verte correr de nuevo desde el suelo me levanto Y en vez de llorar el canto me llenará de confianza De firmeza, de templanza Y juro que no te mueres, porque para mí tu eres la fuente de la esperanza