Que ardan los engranajes que aprietan sin pena a la humanidad, Junto al maquinista que controla el nuevo orden mundial... ¡Qué ardan ya! Que ardan los artefactos que están en defensa de la autoridad, Junto a esos macabros intentos de mancillar la libertad... ¡La libertad! Y en la oscuridad una chispa inició La llamarada que al mundo quemó. Sobre la cenizas de esta humanidad, Nació una bella, una bella flor.