Me encanta penetrar en esa belleza no terrenal Que habita dentro de tu alma. Me entusiasma ser la estrategia risueña Que te arranca una carcajada en medio de tu ceño fruncido Me fascina cuando tus pupilas silenciosas Hablan más que tus palabras. Me deleita el transcurso descarado de nuestro camino Inicial cariño entre amigos, posteriores besos clandestinos, Sexo sentido y un amor casi prohibido. Me maravilla tu indecisión cuando acierta, Capaz de desmoronar muros de mentiras, silencios y verdades, Bajo el suelo de la ternura, enterradas. Me seduce tu perfil rebelde, Que cautiva mis intenciones y tienta a mi lado más salvaje A embaucarte hacia el paraíso. Me encandila tu aroma dulce Y tu pelo despeinado tras el quejido más sincero y placentero Enredado entre mis dedos, Cual alga de río enmarañada en ramas. Me pierde que te guste que no permita ataduras, Excepto esas noches en que hago de mi espalda tu montura Y nos volvemos animales, y ya lo sabes... Que como tú me haces vibrar no lo consiguió antes nadie. Me magnetiza no poder dejar de quererte Y que tú no supieras seguir fingiendo un corazón que todo lo puede. Me embriaga disfrazar el tiempo con la melodía de una guitarra Que toca canciones a medias, Porque nos gustan más los inicios que los finales. Me eleva el convencimiento De que la vida sigue siendo igual de bella, Pero ahora un poco más, Entre púas, cuerdas rotas y cigarros sin acabar. Me enloquece estar en racha Y ser la muchacha que te acompaña en esta travesía, Llamada vida, Sabiéndonos en calma. El tedio no nos dominará Y me deslumbra esta idea, Pues como dijo un poeta, Hagas lo que hagas siempre habrá algo que no has hecho Y vayas donde vayas siempre habrá un sitio más lejos. ¿Te subes?