Nace el hombre en este mundo Remancha'o por el destino Y prosigue su camino muy confiado del rigor Sin pensar que la inclemencia de la vida sin amor Va enredando su existencia en los vientos del dolor Pero llega que un momento se da cuenta de su suerte Y se amarga hasta la muerte sin tener ya salvación Pues comprende que la vida fue tan sólo un metejón Al perder la fe querida de su pobre corazón Me da pena confesarlo Pero es triste, ¡qué canejo! El venirse tan abajo Derrota'o y para viejo No es de hombres lamentarse Pero al ver cómo me alejo Sin poderlo remediar, yo lloro sin querer Llorar Si no fuera que el recuerdo de mi madre tan querida Me acorrale en esta vida con sentida devoción No era yo quien aguantaba esta triste situación Y el que asi te contemplaba sin abrirme el corazón Pero hay cosas compañero, que ninguno las comprende Uno a veces se defiende del dolor para vivir Como aquel que haciendo alarde del coraje y del sufrir No se mata de cobarde por temor de no morir Me da pena confesarlo Pero es triste, ¡qué canejo! El venirse tan abajo Derrota'o y para viejo No es de hombres lamentarse Pero al ver cómo me alejo Sin poderlo remediar, yo lloro sin querer Llorar