Se hace la hora deseada y una vez comprada codicia y delicia Al pie de aquella barranca, ese cuarto oloroso de puerta de lata Riendo en falso ante el curioso que mira Y ellas esperan sentadas que alguien las cobije y acaricie La mesa se va agrandando y los invitados juegan su juego La charla invade el terreno y los tragos de inviernos se van consumiendo El narigón sigue observando el contexto de los movimientos Y ellas esperan sentadas por alguien que se digne a rozarlas Barranca abajo demontre de la pubertad La rabia rompe el silencio de la curiosidad Y ese furioso ladrido eterno ensayarán Y el narigón del barranco los provocará Ignorándolos Se hace la hora deseada y una vez comprada codicia y delicia Al pie de aquella barranca ese cuarto oloroso de puerta de lata Riendo en falso ante el curioso que mira Y ellas esperan sentadas por alguien que se digne a rozarlas Liberando un pasado infectado difícil de curar Embriagando las almas, un débil recluta sin piedad Barranca abajo demontre de la pubertad La rabia rompe el silencio de la curiosidad Y ese furioso ladrido eterno ensayarán Y el narigón del barranco los provocará Invitándolos Invitándolos