No fue Mimí, ni fue Manón, Fue una muchacha sin canción. Cuando murió en mis manos Ya era un paisaje muerto, Pueblo de pantanos Sin caminos y sin puertos Y atrás de un tul, siempre París Vendiendo azul lo gris. El boulevard prieto de sol Y para amar, alcohol. Y la navaja del jornal -Un dólar tal más tierno que El mouguet-, Y el agua baja del percal Y astral del cabaret. Y así el pernod y el strip tis - Medio cocotte y actriz Y los barbudos sin razón, Y el mal de Koch, París Siempre París para soñar... Siempre París para morir... Siempre París para rodar... Sin ser Manón ni ser Mimí.