El cura de mi pueblo tenía un árbol frente a la puerta de su iglesia Su árbol daba muchas piñas Que eran blandas y oscuras A la hora de la siesta Medíamos nuestros pies Armabamos bandos para la guerra Juntábamos municiones Así limpiabamos el frente Y la vereda de su iglesia La batalla un poco intensa es verdad Luego dejába todo igual Pero en lo mejor de la pelea Él salía hecho una furia Nos hacía formar una fila Y nos sonaba que venía a Salvar nuestras almas Así entrábamos a catecismo A oír la palabra de Cristo Algo ocurría con el sermón No se oía igual en su boca Era como la tabla del nueve Para aprender de memoria Cielo por cielo santo Santo por santo gloria El cura de mi pueblo Tenía un árbol frente a la puerta de su iglesia Además tenía una larga caña Y pegaba en la cabeza Si alguno se movía o portaba mal Tuve el honor de conocerla A mí una vez me pegó Porque dije mal una respuesta Que debe haber sido Más importante y valiosa Que mi cabeza Qué viva el árbol de húmedas piñas De la puerta de la iglesia Qué viva el árbol de largas batallas Que nunca nos lastimó ¿Qué les daremos a niños chiquitos? ¿Qué les daremos que no haga mal? Qué les daremos a niños chiquitos? ¿Qué les daremos que no haga mal?