En un mar infinito, con el vuelo de un águila empezó A forjarse el destino, y la tierra emergió Herrador de los cielos, de los hombres el dios supremo Las cosechas bendices con tu lluvia y tu sol ♪ Señor de los truenos y las tormentas Mano de hierro, dicha y miseria Siempre observas Luce el rocío como las perlas Crecen los frutos de nuestras siembras A tu voluntad, si gozoso estás Mas si hacemos mal, traes la tempestad ♪ Tras las nubes riges el mundo y la justicia es tu blasón Campos, urbes, han de acatar la ley innata del cicón En la tierra, hoy escuchamos tu ensordecedora voz Soy quien ruega, cesa el castigo y trae paz a la región Ukon laulu ♪ Ukon laulu