Mi nombre es Aaron y hoy ha sido un día muy extraño Para empezar, una noticia turbia estaban dando En la TV, de un hombre que descuartizó a su esposa Y también a su hijo, justo antes de ser atrapado Y luego, también escuché ruidos en ese armario Ese que tanto me ha aterrorizado durante años Que está en el sótano de mi casa, en una pared Y siempre suenan ruidos raros provenientes de él Sé que papá me dice que nunca debo bajar Pero lo cierto es que me mata la curiosidad Él me dice que son crujidos de madera Pero sé que también he escuchado voces en ese lugar Este armario tiene candado y nunca pude abrirlo Ya que mi padre siempre lleva las llaves consigo No sé si está embrujado o simplemente lo imagino Pero sé que muy pronto voy a descubrirlo Y aún le busco algún sentido A lo que hallé en ese sitio Aunque quiera no lo olvido Y no lo olvidaré Mi padre siempre se lleva las llaves al trabajo Por lo que, si quería conseguirlas, debía hacer algo Le dije que ese día yo podría ayudarlo en su trabajo Para que así me dejase acompañarlo Y muy pronto llegamos a la carnicería de mi padre Lo cierto es que nunca me gustó visitarle en este sitio Pero me pasé el día vendiendo carne Y cuando se descuidó, pude robarle las llaves Y volvimos, sin que se diera cuenta de que las tengo Y al entrar a la casa bajé corriendo Al sótano, a ver el armario y lo que había dentro Pero al llegar, no podía creer lo que estaba oyendo Gritos de ayuda se escuchaban del armario Y yo pensando si lo estaba imaginando "¡Ayúdenme, estos tipos de dentro me están matando!" Y yo mirando, completamente paralizado Pero pude reaccionar y coloqué las llaves Saqué el candado, abrí las puertas y detrás de El armario, había una puerta de acero grande La cual solo se abría por fuera, y no pude hacer más que Abrirla y allí estaba, tirado en el suelo, suplicando Un chico joven, totalmente ensangrentado Miré hacia el frente, era un pasillo demasiado largo Del cual dos hombres corriendo se iban acercando Rápidamente, ayudé al chico a levantarse Pero para entonces ya era demasiado tarde Los tipos nos habían alcanzado con jeringas Que inyectaron en mi cuello, desmayándome al instante