Como tú, tenemos ojos, Los nuestros, quizá más limpios, Por donde nadan los peces Que no se sienten distintos, Y, en las manos, las caricias Que no quieren dormir nunca, Para rodear el mundo Si se juntan con las tuyas Al tocar no falta nada Porque no sobra ninguno, Y en la motxila, los sueños, Suman más de veintiuno, Mikel toca los platillos Al revés, como los buenos, Y el Piñas nos trae sonrisas Que derriten los inviernos No somos distintos, Ni laberintos para perderse, Buscando razones En los corazones para quererse, No somos distintos, Cuando amanecemos El sol aparece, Por donde pisamos Se hacen caminos, La hierba crece El espejo nos ofrece Mil mañanas de colores, Y los martes por la tarde Le regalamos tambores, El lamento y el silencio Los tenemos escondidos Para que el Drogas no diga Que metemos mucho ruido Nos comemos la alegría Con la punta de los dedos Y metemos la tristeza En sacos con agujeros, Somos la lengua sincera Que te besa los oídos Donde habitan nuestras voces Para que muera el olvido.