Hoy todo el mundo es poeta por mezclar cuatro palabras. Bonitas pero vacías domesticaron la rabia. El mensaje ya no existe, forma parte del sistema. La verdad es la mentira, la coherencia una condena. Opinamos ya de todo aunque sin saber de qué. Tenemos tantas respuestas que no sabemos pá qué. Y asi va pasando el tiempo disfrazao de evolución. Se venden sueños baratos y al alcance ya de tos. Y no se valora nada porque no hay necesidad dentro de nuestra burbuja de falsa felicidad. Apartamos la mirada si algo no queremos ver y nos autoconvencemos de estar haciéndolo bien. Y mientras a nuestro lado el hambre come feliz. Fiestas con asesinatos y otra guerra porque sí. Corrupción y violaciones, explotación infantil. Mataderos innecesarios. La tierra a punto de morir. Y en las noches de borrachera se desata el bla, bla, bla. Pero de día a la cadena para que todo siga igual. Criticando al que se mueve, al que se niega a tragar. Al que no quiere creerse que aquí nada va a cambiar. Y vuelve a poner de excusa familia que mantener. Las hipotecas que absorben de piso, coche y chalet. De que pasó nuestro tiempo que ya luchamos ayer. Que ha cambiao mucho la vida y, ¿qué le vamos a hacer? Y no se valora nada porque no hay necesidad dentro de nuestra burbuja de falsa felicidad. Apartamos la mirada si algo no queremos ver y nos autoconvencemos de estar haciéndolo bien.