Me siento tan enclenque y débil Y a la vez tan grande y arrogante Que ni yo mismo puedo aguantarme. Entonces, como un caramelo de lava y alambres, Inyecto en mis fauces lo que de aquí en adelante Será mi nueva sangre. La peste ha vuelto, me cala en silencio, El bourbon lo vuelve todo negro. Volvió el diablo, dejando rastro. Voy a serte honesto: este es mi propio universo. Tan intenso como yo quiera hacerlo. Paso los días pensando en qué coño traerán los siguientes, Siempre maldiciendo borracho a los astros. Y cuando parece que el mundo me va a brindar al fin Un merecido descanso, Vuelve a recordarme que nací para el fracaso. Submundo interno, te reconozco. Siempre latente en mí, como un injerto. Inverosímil precepto, creaste al imbécil perfecto. Paralizado, siempre a merced de los acontecimientos. La peste ha vuelto, me cala en silencio, El bourbon lo vuelve todo negro. Volvió el diablo, dejando rastro. Submundo interno, purpúreo infierno, Tan intenso como yo quiera hacerlo. Cuando todo intento queda disuelto Renace el arquitecto.