Le dijeron Que era triste aquel lugar Y se puso en camino Se decía Que un mal duende descargó Su maldad en aquel sitio Al llegar allí Las gentes comentaban ¿A qué viene este tipo? Y en la noche él Con su flauta sonsoneaba Su lamento y su quejido Y esas gentes No tenían corazón No sentían escrúpulos Se reían de él Le miraban con desprecio No tenían sentido Murmuraban Le insultaban a su espalda No molaban ni cinco Pero un día El yugo de su verdad Empezó a destruirlos Alguien que Atento a su verdad Llegó a llamarle amigo Recordaron con respeto Las palabras De aquel señor mendigo Pues cantaba profecías Y hechizaba A las gentes su sonido Le llamaron libertad Igual que a su canción Siguiendo su camino