Miras por la ventana hacia el otro mundo que nunca asoma, Hasta allí iría a cantarte sin la tuna y sin sus bromas, Con tonos de pena y agudos como llantos de delfines, Como del África negra, con prismáticos no mires. Mira que a mí me tienes a mano, Mira que a mí me tienes a mano. Con escuchar el llanto de los periquitos en sus jaulas, Con recordar las voces en el cementerio de tu infancia, Y con que tú me lo cuentes para ver si me conformo Dejándome aún más ansioso, no duermo ni con cloroformo. Con todo y con eso me tienes a mano, Mira que a mí me tienes a mano, A mano ... Mira que a mí me tienes a mano, Mira que a mí me tienes a mano, A mano ...