Hoy quise abrir la persiana. Me he asomado desnudo a cantar. A provocar: a mirar y a ser mirado Como un loco, borracho, voyeur. Porque no sé cuánto tiempo me queda Y nadie me garantiza que merezca la pena He decidido que ya nadie va a decirme Lo que tengo que hacer. Y no hay dios que me vaya a cambiar. Voy a salir a emborracharme cada viernes Pero no voy a ahogar penas en alcohol Si no a pensar con mis amigos delincuentes Cómo robar mañana el sol. Y si no te gusta lo que oyes Pues te joder, corazón, Fuiste tú la que me dijo adiós. Y no hay dios que me vaya a cambiar. Sonríele a la luna porque no hay razón alguna Para andar perdiendo el tiempo en lamentar; Sonríele al baile del aire, Que no hay un dios que lo cambie: Yo tampoco lo puedo cambiar. Sonríele al baile del aire, Que no hay un dios que lo cambie: Yo tampoco lo puedo cambiar.