Tan cerca del suelo me encuentro que no volveré a caer, Lo siento muy dentro, lo siento en silencio. Acaricié el momento, estuve atento a aquella nube que pasó, Le di la razón sólo a lo que dijo: ¡Ay! Que estuviera, que estuviera despierto. La duda fue eterna y hoy me siento bien. Mirando al sol, quiero crecer. Que el suelo no quema hoy, Caminaré descalzo sin miedo que vuelva a caer. Adiós, se fue, borracho de alegría mi amor. Comenzó el día y se nubló. "¡Qué mala pata!", comentó. No creía ese cuento. Poco a poco levantó, no perdía la razón. Cruzó el puente del lamento que separa el agua del fuego... y gritó. Ahora sus palabras, sus palabras se las lleva el viento. La brisa del desierto, tenerte aquí a mi lado, Saber qué es un soldado que jamás regresaría, Que nunca llegará a puerto la sonrisa que olvidó. Y al parecer, puedo entender. Que el suelo...