Cayó por el fin el mar, así fue el caso Aquella triste tarde desolada Tras la quietud dorada del ocaso Iban Jesús, sus discípulos y su barca Ni ese viento ni ese mar embravecido Han podido ser obstáculo en su marcha Lleva un rumbo, un propósito muy firme Su destino es la tierra de Gadara Que hay un hombre infeliz encadenado Y mi Cristo, quiere libertar su alma Que hay un hombre infeliz encadenado Y mi Cristo, quiere libertar su alma ♪ Se extenuaba de amor la tarde quieta Llenándose de noche las montañas Surgió enorme la luna en el espacio Iluminando con ligeras pinceladas Y en los sepulcros se distingue la silueta Repugnante de aquel hombre de Gadara Y la barca que ha llegado a la rivera Con el gran libertador de nuestras almas Y al encuentro con Jesús, el poseído Queda libre cuando acepta su palabra Y al encuentro con Jesús, el poseído Queda libre cuando acepta su palabra